sábado, 29 de septiembre de 2007

Oulet remeras XERES

Son algunas remeras de la colección del año anterior, pintadas a mano en cada una conviven diferentes xeres ,cada una es única. Realizadas en algodón con pintura adecuada hay varios talles si les interesa escriban.Proximamente saldrán nuevos diseños
La historia de los Xeres si leen entradas anteriores la van a encontrar. Cada xer tiene su nombre. La remera va acompañada de un calco con el pensamiento de unos de los xeres que la habitan .

domingo, 16 de septiembre de 2007

Rojo y Negro


Déjame... quiero razonar contigo... En cuanto te veo, ni me acuerdo de la religión, ni de Dios, ni de mis deberes, no vivo mas que para el amor que te profeso... ¡No! amor no dice bastante, es una palabra poco expresiva, pues lo que tú me inspiras es lo que únicamente Dios debiera inspirarme... es una mezcla de respeto, de adoración, de obediencia... no sé... no sé cómo explicarlo. Si en este momento me mandases que hundiera un puñal en el pecho del carcelero, cometería el crimen antes de darme cuenta de lo que hacía. Explícame tú esto con claridad, antes de despedirnos, porque quiero leer en mi corazón... y hazlo pronto, pues dentro de dos meses hemos de separarnos... ¡Pero a propósito! ¿Nos separaremos?- terminó sonriendo.

-Retiro mi palabra- contestó Julián, levantándose-; no apelo de mi sentencia si intentas poner fin a tu vida recurriendo al veneno, al hierro, a las armas de fuego, al carbón, a cualquier medio directo o indirecto.

-¿Por qué no nos matamos los dos ahora mismo?

-¿Sabemos acaso qué encontraríamos en la otra vida? Quizá tormentos, quizá nada. ¿Para qué privarnos de dos meses de delicias? Dos meses son sesenta días que, pasados a tu lado, serán los más felices de mi vida.

-¡Los más felices de tu vida!

viernes, 7 de septiembre de 2007

miércoles, 5 de septiembre de 2007

martes, 4 de septiembre de 2007

ORION


Artemisa se había enamorado de Orión, lo cual despertó celos en Apolo, dios del sol y hermano gemelo de Artemisa, pues aquél tenía que cuidar de la castidad de ella. Un día Apolo hizo una apuesta a su hermana, a que no podía asestarle una flecha a un animal que se movía a lo lejos dentro de un bosque. Artemisa lanzó su flecha y dio, como siempre, en el blanco. Cuando fue a ver su presa, se dio cuenta que había aniquilado a Orión. Fueron tan grandes sus quejas y sus lamentos, que Zeus, padre de los dioses, colocó a Orión en el cielo para su consuelo. Se dice que un día Orión regresará para vengarse de Apolo y si no a él, a sus descendientes ya mortales y casarse con la descendiente de Artemisa.

Existe una versión más, en la que se cuenta que Enopión, movido por los celos, le sacó los ojos a Orión en castigo para que jamás volviera a ver a Mérope. Así transcurrió su vida, hasta que un día pisó un escorpión sin darse cuenta, siendo picado y muerto por su veneno. Los dioses se apiadaron de él y lo colocaron en los cielos junto a sus dos perros de caza (Can Mayor y Can Menor) y una liebre llamada Lepus. Se dice que por eso persigue a Mérope y las Pléyades, sus hermanas, y huye de Escorpión, al otro lado del cielo. También se dice que ataca a Tauro, una de las bestias que invadieron Quíos.